Era una mezcla
de fagot
y tiburón blanco.
“Con esa chica no”,
me advirtieron,
pero mi entonces
quería amputarse
en sus colmillos
musicales.
II
Nuestro amor fue un relámpago
al que siguió un trueno
de diecisiete años.
(Hasta el amor funciona
cuando el viento
se pone al piano).
III
Mientras me amaba,
me mantuve siempre
en una edad
de quince años.
Bastó que me dejara
para volver
a treinta y seis.